sábado, 7 de junio de 2008

El aeropuerto. Mariposas...


Sentada en una silla incómoda dormitaba mis últimas noches casi en vela y rememoraba los tiempos en los que alguien también me esperaba en el aeropuerto.
Hoy yo esperaba a Giuseppe que venía de Italia.
Giuseppe es un amigo de Ana procedente de esa red mundial que cada día nos une y nos separa, y que, por fin, y para nuestra sorpresa, ha venido a comprobar cómo son las personas de carne y hueso al otro lado.
En el aeropuerto no había mucha gente. La sala de espera siempre es un lugar de sentimientos ambiguos.
Me encontré a mi misma, con mis antiguas ilusiones caducas y pensé que quizás debía guardar ese recuerdo que me hizo feliz en aquel momento pasado con una persona a la que nunca llegué a conocer.
El aeropuerto...
A veces,hay aviones que se retrasan o que nunca llegan a su destino.¿Por qué? La respuesta la desconozco. Supongo que nuestros rumbos cambian.
Es difícil tomar una dirección y saber que no es la equivocada.¿Y si lo fue? Lo que queda es aprender que en esta vida, por mucho que nos pese, no todos los caminos conducen a Roma.
Quizás Roma no es el lugar a donde todos deseamos dirigirnos ( aunque lancemos nuestras absurdas monedas en la Fontana de Trevi y pidamos deseos que no se cumplan jamás).
Quizás Roma es un camino llano, familiar y cómodo frente a otros pedregosos, arriesgados e inciertos que podríamos tomar.
En Roma, las mariposas sufren una metamorfosis hasta convertirse en polillas para siempre. Fuera de Roma son gusanos de seda, que se alimentan del día a día, les salen alas y revolotean en nuestro estómago...
El aeropuerto. Mariposas...
* Fátima, disfruta de Roma. Sabes que la tuya no es de la que hablo. Tendrás tu espacio a la vuelta.

2 comentarios:

supersalvajuan dijo...

Los rumbos cambian. siempre.

Ana dijo...

Está claro que no se sabe donde va a acabar uno, si en Roma o en el otro lado del mundo. No sabemos quien llegará mañana a rescatarnos... o a terminar de hundirnos. Supongo que solo el tiempo lo dice, no lo sé. Pequeños destellos de alegría que dan paso a un agujero de miedo en el estómago porque piensas que nunca llegará el sustituto, aunque venga de los confines de la Tierra. Al otro lado de la pared pero a mil kilómetros. Él en su casa pero dentro de mi. ¿Puedo sentirme cómo me siento o es que ya no valoro nada? Puede que el alma se quede para siempre vagando en algún aeropuerto sin que nadie llegue a esperarla, errando, vagando, esperando, soñando, sintiendo,... Pero el cuerpo sigue el viaje aunque sea desalmado, y al menos hubo ese pequeño destello de alegría aunque durase poco tiempo.Quizás mañana haya más y estas palabras solo sean producto de mi mente desordenada, desconcertada y perdida, cada día más. ¿Cómo se sale de esta terminal? Parece que la puerta de embarque hacia el siguiente destino se mueva cada vez que intento acercarme y me quedo atrapada. Mejor me duermo.
"Since you've gone I've been lost without a trace. I dream at night, I can only see your face. I look around but it's you I can't replace. I feel so cold and I long for your embrace.How my poor heart aches with every step you take".