Hoy he estado en el cementerio.
¡Tantos nombres de gente muerta! ¡Tantas fotos! ¡Tantas
flores!
Me pregunto si de verdad hay algo después de morir.
Porque la muerte física nos toca a todos pero … ¿existe la muerte espiritual?
El otro día alguien me dijo: “hay personas que nacen
viejas y se mueren jóvenes”
Es verdad, también hay jóvenes que viven como viejos.
¿Por qué la línea de la vida tiene que ser un elemento
fijo?
Es decir, si aprendemos es evidente que rejuvenecemos
cada día.
Más bien parece que esta historia de la juventud o la
vejez no tenga nada que ver con el aspecto físico.
Las ganas de utilizar cada minuto de la vida.
En la vida hay muchos minutos, muchas horas, muchos días.
Los hay que viven obsesionados con el reloj y el mañana.
Síndrome del Quiero-una-vida-feliz
Los hay que no piensan en mañana, aunque el mañana sí
piensa en ellos. Síndrome de Peter Pan.
La muerte nos atrapará a todos. La muerte física quiero
decir.
Da igual que acabemos en el cementerio (que al final
sigue siendo una manifestación de pertenencia al grupo), que estemos en un jarrón encima de la chimenea
de una casa, seamos ceniza y volemos libres con el viento o nos unamos con la tierra, que, al fin y al
cabo, nos ha engendrado.
La cosa fundamental es alimentar el espíritu con las
cosas que nos rodean.
Porque el espíritu sobrevive en el tiempo y en la
materia. No se lo lleva el aire ni desaparece en medio de los agujeros negros.
Aunque no lo creáis, en mis largas horas de tren,
comparto vagón con el espíritu de mi abuela.
No me da miedo. Está tan vivo como antes aunque ahora no
tiene ese cuerpecito y esas manitas de algodón y de sueños.
No tenemos que tener miedo a la muerte. Tenemos que tener
miedo a vivir sin sentir la vida.
Porque la vida, y más en tiempos de crisis, es todo lo
que tenemos.
1 comentario:
Cada dia escribes mejor. Es verdaderamente cierto lo que pones y ademas muy emotivo.
TU PRIMERA FAN
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