Sapore di mare.
Son las 8 de la mañana. Aparco el coche en el paseo marítimo:27º.
Respiro profundo y llega a mis pulmones el verano.
Sapore di sale. Las guiris se vuelven locas en el mercadillo con los vestidos de lentejuelas.
Los propietarios barren su chiringuito de la playa.
Los viejetes pasean en bicicleta. Cuelgan la toalla del manillar para disfrutar de un cálido baño.
Un olor particular en la estación, ¿qué es?
Me asomo a las vías y veo la línea amarilla recién pintada. Se ha desplazado dos centímetros y sonríe con su nuevo vestido.
Tengo que escribir la revista de septiembre- pienso.
Ahora que llega el calor y hasta molesta quedarse en casa.
Por las noches salgo a pasear antes de dormir. Un poco de fresco,un poco de oxígeno…
Me endulzo la vida con un café frío y cremoso.
Sapore di mare.
Un tren en tránsito me revuelve el pelo. Lleva toneladas de madera.
Me haría una casa de madera que flotase en el mar – pienso.
Imágenes, imágenes...
Verde, la abuela María, una mariposa en vuelo…
No puedo contener el llanto.
En realidad, soy más fuerte de lo que esperaba.
Vago por la vida de un lado a otro.
No me como el mundo pero tampoco dejo que él me coma a mí.
No veo la hora de que llegue mi familia a visitarme. Un par de semanas en compañía
Sapore di sale…
Mañana espero meter los pies en el agua del Adriático: un descanso físico y psicológico.
Uno no puede dejar que la vida elija.
A veces lo bonito de elegir es que es uno mismo el que acierta y se equivoca.
Es importante responsabilizarse sobre las propias decisiones.
Yo lo he hecho. Aunque vivo a unos cuantos kilómetros de las personas que me importan, mi vida en Italia me hace ser mejor persona. He encontrado el amor y la paz espiritual que tantos años estuve buscando.
Claro, que tengo que escaparme a Galicia…Nada que se compare a un buen churrasco con mi familia y mis amigos…Por cierto, vuelvo en agosto...
http://www.youtube.com/watch?v=J8so9e0bFnk
Son las 8 de la mañana. Aparco el coche en el paseo marítimo:27º.
Respiro profundo y llega a mis pulmones el verano.
Sapore di sale. Las guiris se vuelven locas en el mercadillo con los vestidos de lentejuelas.
Los propietarios barren su chiringuito de la playa.
Los viejetes pasean en bicicleta. Cuelgan la toalla del manillar para disfrutar de un cálido baño.
Un olor particular en la estación, ¿qué es?
Me asomo a las vías y veo la línea amarilla recién pintada. Se ha desplazado dos centímetros y sonríe con su nuevo vestido.
Tengo que escribir la revista de septiembre- pienso.
Ahora que llega el calor y hasta molesta quedarse en casa.
Por las noches salgo a pasear antes de dormir. Un poco de fresco,un poco de oxígeno…
Me endulzo la vida con un café frío y cremoso.
Sapore di mare.
Un tren en tránsito me revuelve el pelo. Lleva toneladas de madera.
Me haría una casa de madera que flotase en el mar – pienso.
Imágenes, imágenes...
Verde, la abuela María, una mariposa en vuelo…
No puedo contener el llanto.
En realidad, soy más fuerte de lo que esperaba.
Vago por la vida de un lado a otro.
No me como el mundo pero tampoco dejo que él me coma a mí.
No veo la hora de que llegue mi familia a visitarme. Un par de semanas en compañía
Sapore di sale…
Mañana espero meter los pies en el agua del Adriático: un descanso físico y psicológico.
Uno no puede dejar que la vida elija.
A veces lo bonito de elegir es que es uno mismo el que acierta y se equivoca.
Es importante responsabilizarse sobre las propias decisiones.
Yo lo he hecho. Aunque vivo a unos cuantos kilómetros de las personas que me importan, mi vida en Italia me hace ser mejor persona. He encontrado el amor y la paz espiritual que tantos años estuve buscando.
Claro, que tengo que escaparme a Galicia…Nada que se compare a un buen churrasco con mi familia y mis amigos…Por cierto, vuelvo en agosto...
1 comentario:
Siempre me emociona lo que cuentas.
Quisiera poder abrazarte, aunque espero hacerlo muy pronto.
Yo no dudo ni un momento de que eres muy fuerte y vales mucho, mucho mas de lo que tu puedes imaginar.
Besitos de gasolina hasta que lleguemos, como decía la abuelona
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