domingo, 24 de octubre de 2010

Alucinante

Los lunes son un día duro. Suena el despertador a las 3:30 y nos vestimos.

En el coche nos miramos, a veces no hablamos. Parece mentira que se me hayan agotado las palabras a esta hora.
El tren sale a las 4:30 de San Benedetto del Tronto.
Giuseppe espera a que se mueva y luego se aleja poco a poco.
El vagón va lleno. Llevo mi mochila cargada de libros, fichas, el ordenador…
Todavía no me puedo creer que haya aceptado esta locura pero…”es lo que hay”.
A veces me da la risa cuando la gente se queja de su vida y de su situación laboral.
A mí puede que nunca me haya faltado de nada (afortunadamente) pero no se puede decir tampoco que mi trayectoria sea fácil.
Llego a Termoli a las 6:30. Obviamente, la facultad no está abierta.
La cosa que más me alegra de todo este asunto es que el “cappuccino” y el “cornetto” están muy buenos: “desayuno con diamantes”-pienso en Carolina.
También pienso qué estarán haciendo otros en otras partes del mundo a estas horas.
Por lo menos hago lo que me gusta, enseñar, con un nudo en la garganta todavía por no saber cuando cobro el anterior año académico y un contrato basura que no cubre ni el coste de desplazamiento.
Me parece mentira que un catedrático que no sabe encender un ordenador (por falta de interés) tenga su culo acomodado en una silla caliente, con un sueldazo de la virgen (con el que yo daría la vuelta al mundo) y con el aula vacía, y yo, que hago de profesora, animadora y psicólogo no llegue a los mil euros al mes (por decir al mes, que realmente me pagan por obra, y la mía es de esas abstractas que pocos saben valorar).
Me he cansado de ver como se pudre este sistema. Mi única manera de soportar esta injusticia es “enseñando” que todavía tenemos “capacidad de aprender”.
Probablemente yo no sea una fuente infinita de conocimientos, o haya muchos que consideren que ni siquiera debiera compartirlos.
Lo que sé, es que contar esto hoy me permite demostrar que todavía quedamos algunos que buscamos nuevas posibilidades hasta el infinito porque no hemos abandonado la esperanza de que mañana, cuando nos levantemos (aunque antes de que cante el gallo), algo será mejor.


 
Wherever you go...
http://www.youtube.com/watch?v=4i1RF2hQ0rc