domingo, 26 de abril de 2009

25 aprile : le Grotte di Frasassi

















Nada mejor para el festivo nacional que una excursioncilla al campo con amigos después de una larga semana de mucha búsqueda y escasas respuestas.
Un sueñecito en el coche, una comida al aire libre con aperitivo incluido, una visita interesante a unas cuevas para dejar un buen sabor de boca ( aunque los bocatas caseros eran de primera)
Un regreso a casa la mar de contenta.




¡Qué frío!












































¿ Nos calentamos con un poco de vinillo?























Me lo apuntó todo para la próxima semana. Bodorrio italiano. Mamma mia!

lunes, 13 de abril de 2009

Desde la Italia profunda

















Ya hace una semana y pico que me encuentro en la Italia profunda.
Tras los primeros sustos del terremoto parece que, después de la tempestad viene la calma.
He recibido múltiples mensajes de alarma de amigos preguntándome si estaba bien y, bueno, afortunadamente lo estoy, pero he de decir que esta vez el peligro se ha aproximado demasiado y me he asustado bastante. Gracias a todos.
Me encuentro en la región de Marche, una región de verdes paisajes que se sostiene fundamentalmente de la agricultura y el turismo. La región colindante es Abruzzo, donde tuvo lugar el seísmo.
Me siento un poco como Heidi. La atmósfera es siempre tranquila y relajada, incluso en las dos ciudades más cercanas se conduce despacio ( nada que ver con la visión prototípica de italiano incansable)
Me gusta pasear por las calles cuando calienta un poco el sol. Miro a los ancianos en sus sillas, su campamento base para recoger toda la información posible de los nuevos habitantes. Es como un censo de apellidos y motes. Lo saben todo y no les gusta que mi presencia se les escape de las manos.
Soy un especimen extraño. Creo que nadie sabe muy bien de donde vengo.
Tengo que enfatizar que eso de que los italianos comen pasta a todas horas no es un mito. Los carbohidratos sin control pueden acabar saliéndote por las orejas si descuidas la dieta y las grasas saturadas de un cremoso yogurt o un helado que se derrite con el contacto de tus ojos pueden hacerte aumentar de volumen considerablemente.
¿ Alguién ha hablado alguna vez del autocontrol?
De momento, no tengo muchas fotos. He conocido a unas cuantas personas majas con paciencia para hablarme y me siento como en casa.
Mañana empiezo a ir a clases.Aunque no me parece que el italiano a nivel comunicativo entrañe grandes dificultades,esperemos que aprenda algo.
Nunca me hubiese imaginado que pudiera sentirme tan cómoda en una zona rural. Quizás este sea un poco el cambio que necesitaba para abrir los ojos a nuevas realidades...

miércoles, 1 de abril de 2009

Spots

Hace una semanita participé en un grupo de discusión de una bebida alcohólica que me hizo abrir los ojos ante la visión mayoritaria de hombres y mujeres en nuestra sociedad actual
El objetivo era encontrar un nuevo spot para la campaña publicitaria de dicha bebida.
Todo bastante visual y, para qué engañarnos, poco inteligente.
Es cierto que, según estadísticas, los hombres españoles consumen más alcohol que las mujeres pero está claro, que no puedes conseguir ampliar tu público objetivo si te dedicas a enfatizar el hecho de que este tipo de bebidas son sólo cosa de machos.
Considerando que estábamos tratando de una bebida ligera con cierto sabor a limón me llamó la atención que el enfoque fuese tan hermético.
Las fotos se basaban en chico atrapa a chica en medio de una fiesta, cuerpos lujuriosos sin cabezas con vestimenta más burda que sofisticada y frases que hacían referencia a estereotipos muy clásicos y trillados que no sorprenden un mínimo, y que, incluso, llegan a ser de mal gusto.
Ante la invitación a la crítica constructiva, nos lanzamos en plancha.
Está claro, que estos grupos, para que sean útiles, tienen que seguir unas pautas pero sus componentes deben ser de personalidad heterogénea para aportar ideas, y la verdad, lo éramos.
Tras dibujar, visualizar y comentar, llegamos a la conclusión de que salvábamos pocas ideas de las que nos mostraban.
Como mujeres, no nos sentíamos identificadas con el producto, a pesar de ser todas consumidoras habituales o esporádicas de él.
Esperemos que las sugerencias sirvan para cambiar su marketing desfasado y poco igualitario.
La experiencia fue interesante.
Lo comprobaremos en breve en las vallas publicitarias.
Coming soon

Nubes en Barcelona

He llegado a Barcelona. Tras cabecear en el avión junto a una pareja de parlanchines incansables cuyo destino es el concierto de AC DC que no me han dejado pegar ojo.
Pobres, no saben qué día tan largo me espera.
Con casi siete horas por delante me asomo un poco a la calle para tomar “ el frescow”.
Barcelona. A veces he pasado por aquí. Nunca me quedo.
La última visita fue durante un puente aéreo infernal, sudando a chorros y con un montón de sobrepeso de equipaje.
Nubes en Barcelona. Gente arrastrando maletas por todas partes.
Me dirijo al mostrador de información para saber si, por lo menos, estoy en la terminal correcta para mi próximo vuelo.
Un chico sudamericano reconoce mi acento gallego y me dice “gran gente, los gallegos”.
Le doy las gracias. Me apunta los mostradores de check-in y las puertas de embarque provisionales advirtiéndome de que los cambios son algo habitual.
Paseo con el carrito. Me siento.
Realmente no tengo ni idea de cómo me voy a entretener durante todo este tiempo de espera.
Dónde quedaron los trasbordos en Londres con maletas voluminosas y compañera de viaje, a veces sí, otras más sola que la una.
Esto no es Barajas. Hay un orden que se intuye por cada rincón del aeropuerto.
Una organización velada que no deja a los pasajeros entrar en pánico frente a la adversidad.
Observo.
Nubes en Barcelona.
No siento nervios ni cualquier otro tipo de sensación de desequilibrio o inquietud que pueda perturbar mi día.
Sólo tengo esperanzas y curiosidad sobre cómo va a ser mañana.
Le he dado un beso esta mañana a María antes de marcharme. Sé que no ha podido dormir bien. En el fondo, y no tanto, nuestras vidas son una y nos entendemos.
Intento recordar el pasado no tan pasado. Hace un año, por estas fechas.
No siento nada.
Me he dedicado en Santiago a borrar los mensajes inservibles de mi móvil. Delete.
Si por algún casual pudiera haber visto alguno que pudiera causarme un daño colateral, lo borro.
Me doy cuenta de la cantidad de gente con ganas de manipular la verdad que hay suelta en este mundo.
Sigo disculpando la casualidad.
No acepto la premeditación y la alevosía de los que viven de las vidas de los demás y sufren por las cosas positivas que a uno le puedan pasar.
Ignoro a los que se alegran de la tristeza ajena.
Siento que es una enfermedad. Algo que produce un agujero interno que carcome a la persona y deja en la superficie, la corteza de una fruta que está marchita por dentro.
Es entonces cuando aprendo que cuerpo y mente pueden estar unidos o profundamente separados.
Lo más importante, regenerar la mente cada cierto tiempo.
Limpiarla de excrementos.
La gente pasa, gente que pudimos conocer y no conocimos.
Gente que conocimos porque la teníamos que conocer.
Pasan de un lado otro y cuando confluyen los astros: se quedan.