martes, 22 de febrero de 2011

Artistas fantasma

Acabo de llegar a Termoli y tengo que esperar una hora para coger el tren de Campobasso.
Al pasar la estación de Pescara me ha venido en mente una reflexión que ya había tenido antes en voz alta con otras personas.
¿Alguien ha visto alguna vez a los artistas de grafitis?
En mi caso, la respuesta es negativa.
Dejando a un lado la polémica de si los grafitis deberían ser considereados como una forma de expresión de arte (porque hay lugares como Berlín donde se convirtieron en un verdadero medio de comunicación), es curioso comprobar que muy poca gente haya presenciado la creación de este dibujo singular.
Muy importante...¿cuándo los pintan?
Por supuesto, imposible a la luz del día porque alguien les pondría una multa o les haría borrarlos (descartando los que se hacen por encargo en lugares muy específicos y con temática determinada).
Por lo tanto, me viene a la cabeza...
¿Quién es el que se va una noche a la estación de trenes, a descampados o a las cunetas de la ciudad a demostrar en silencio su verdadero arte?
¿Fantasmas?
Los hay también que simplemente se conforman con firmar en el asfalto su paso por la historia...

viernes, 11 de febrero de 2011

Verde

La única cosa buena de viajar en este tren es que puedo ver el mar Adriático. A veces imagino mi vida en una pequeña casita pegada a la playa. Despertarme en las mañanas de verano y darme un baño desnuda.Vivir en lino y pies descalzos, eso sí, con conexión WIFI.
Algún día echo de menos una gran ciudad pero creo que es algo muy esporádico. Creo que la cosa que más echo de menos últimamente es mi familia, sobre todo cuando sé que tienen problemas de salud y no puedo estar a su lado.
Gius me pregunta muchos días si creo que se inventará de una vez el teletransporte. No lo sé, pero en mi caso resolvería las carencias más importantes de mi existencia ...
Vuelvo a la playa, quizás en Puglia, donde todavía no he estado nunca.
Desayuno mi zumo de naranja con tostadas y sigo escribiendo mi libro imaginario.
Acaricio a mi perro. Imposible quererlo tanto como a Tom, aunque es más grande y tiene un pelo precioso.
Meto los pies en el agua cristalina y veo mis primeras arrugas bajo los ojos. No me disgustan.
Cojo el teléfono, un Nokia modelo antiguo. Alguien me susurra al otro lado.
Cocino, doy clases en la red... ¿quizás estoy engordando?
Mi abuela hace una manta kilométrica de lana con patchwork. Es verde, como el mar Adriático. Teje con ilusión los sueños de un ser que verá la vida con sus propios ojos.
La megafonía interrumpe mi desvarío...
Pescara Centrale...el verde se funde en el gris del asfalto.

martes, 8 de febrero de 2011

Quédate en Madrid

Madrid es una ciudad que me sorprende. Recuerdo las Navidades cuendo era niña con los pies heladitos en casa de mis abuelos. Los meses de agosto de calor sofocante y los guiris en chanclas en la Plaza Mayor.
Esta vez el encuentro era por otras razones. Yo, ingenua de mí, pensaba hacer unos de mis "interminables" exámenes de Turismo (y digo interminable porque creo que no acabaré jamás) y al final, gracias a Facebook todo se transformó en una carrera de un lado a otro, un encuentro fugaz con mis compañeros de Erasmus en Sunderland y un recuerdo de esos que permanecerán en la memoria por bastante tiempo.
Gracias a un vuelo desde Ancona (menos mal que Ryanair piensa un poco en nosotros) allá nos fuimos Gius y yo, como dice él a "fare un giretto" por la capital que tantos odian.
Siento mucho que haya ese rechazo por esta ciudad y sus habitantes en tantos lugares de España. La verdad, y como en tantas otras ocasiones, no se puede juzgar a un pueblo por una pequeña muestra insensata.
Creo que el despegue de Barcelona (donde he estado hace poco y me parece una maravilla) ha nublado bastante los cambios que han tenido lugar en Madrid.
Son ciudades que no se pueden comparar. Sobre todo porque una es clásica y la otra  extra contemponánea aunque ambas son fascinantes a su modo y están llenas de una rica oferta cultural.
Lo que sí es cierto es que serán "chulos" en Madrid pero hay que admitir que uno se puede quitar el sombrero ante sus infraestructuras como por ejemplo el metro.
Líneas que comunican todos sus polos con máxima puntualidad aunque para los forasteros quizás un poco difíciles de gestionar.
Y los bares...porque como buena gallega de orígenes vascos...las tapitas en los bares...nada que ver.
Salen platos calientes por todas partes y se me cae una lagrimilla ¡Basta de tortellini! (pienso)
Unos días más tarde, tengo todavía los gemelos subidos de caminar por El Retiro y La Gran Vía y duermo en los trenes de los que normalmente os hablo...
Entre las nubes, las turbulencias del viaje de vuelta, las colinas que me conducen a Campobasso...
Mi antifaz de los sueños y las caras amigas recién vistas que me sonríen.
Las croquetas de este domingo con Emmanuele y Carlotta estaban buenas. No se pueden comparar con las compartidas con Pepa y Angelines, por supuesto.
"Superato", "superato"... Me salen exámenes por las orejas y pienso: "estos chicos algo habrán aprendido..."
Mañana un día más.
Una canción para acurrucarse en el sofá.