lunes, 13 de abril de 2009

Desde la Italia profunda

















Ya hace una semana y pico que me encuentro en la Italia profunda.
Tras los primeros sustos del terremoto parece que, después de la tempestad viene la calma.
He recibido múltiples mensajes de alarma de amigos preguntándome si estaba bien y, bueno, afortunadamente lo estoy, pero he de decir que esta vez el peligro se ha aproximado demasiado y me he asustado bastante. Gracias a todos.
Me encuentro en la región de Marche, una región de verdes paisajes que se sostiene fundamentalmente de la agricultura y el turismo. La región colindante es Abruzzo, donde tuvo lugar el seísmo.
Me siento un poco como Heidi. La atmósfera es siempre tranquila y relajada, incluso en las dos ciudades más cercanas se conduce despacio ( nada que ver con la visión prototípica de italiano incansable)
Me gusta pasear por las calles cuando calienta un poco el sol. Miro a los ancianos en sus sillas, su campamento base para recoger toda la información posible de los nuevos habitantes. Es como un censo de apellidos y motes. Lo saben todo y no les gusta que mi presencia se les escape de las manos.
Soy un especimen extraño. Creo que nadie sabe muy bien de donde vengo.
Tengo que enfatizar que eso de que los italianos comen pasta a todas horas no es un mito. Los carbohidratos sin control pueden acabar saliéndote por las orejas si descuidas la dieta y las grasas saturadas de un cremoso yogurt o un helado que se derrite con el contacto de tus ojos pueden hacerte aumentar de volumen considerablemente.
¿ Alguién ha hablado alguna vez del autocontrol?
De momento, no tengo muchas fotos. He conocido a unas cuantas personas majas con paciencia para hablarme y me siento como en casa.
Mañana empiezo a ir a clases.Aunque no me parece que el italiano a nivel comunicativo entrañe grandes dificultades,esperemos que aprenda algo.
Nunca me hubiese imaginado que pudiera sentirme tan cómoda en una zona rural. Quizás este sea un poco el cambio que necesitaba para abrir los ojos a nuevas realidades...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Con que laItalia profunda eh! ¡Tu si que eres profunda!. Me alegro de que te sientas como Heidi en las montañas, solo que ella estaba en Suiza, el que de verdad estaba en Italia era tu querido amigo Marco, ese que tanto te hacía llorar de pequeña cuando mama te lo cantaba y decía... "No te vayas mama, no te alejes de mi, adios mama, pensaré mucho en ti, no te olvides mama que aqui tienes tu hogar...", solo que habrá que cambiar un poco la letra y decir no te vayas Miriam....Bikiños.

Soñi dijo...

Si al final ya te veo yo viviendo entre cabras y ovejas ahí con el Giuse..... A ver si se te pega algo de tranquilidad. Muchos besos.

mami dijo...
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