jueves, 12 de mayo de 2016

Feliz día cualquiera


 
Una día normal, un día cualquiera te despiertas . Te desperezas, te tomas un café en el bar que te vio llegar a esta tierra cuando no sabías ni pronunciar una palabra en este suajili de locos que hablan con las manos. Recibes un poema jamás escrito de la persona que te acompaña en  tu día a día, que te sigue mirando a los ojos con ese brillo de la  ilusión primera.
A pesar de esa nube de gris gallego en el jardín, plantas un molinito de viento de colores y piensas en el paso del tiempo. Ya no eres una niña. 35 años de experiencias infinitas, de atardeceres, de madrugones, de noches sin dormir bajo el flexo. Errores cometidos y los que quedan por cometer. Aciertos merecidos y sin merecer.
Piensas en todas esas personas que te felicitan. Desde tu familia, a los amigos de verdad, los alumnos, personas que has visto solo una vez en tu vida, quizás en un supermercado o has charlado con ellos en un tren de vuelta casa.
Si meditas un poco, te darás cuenta como yo, de que la felicidad es más simple de lo que uno imagina. Es poder estar bien para disfrutar de estos momentos que parecen tan minúsculos pero que en realidad son gigantes para un ser humano como tú y como yo.
Puede sonarte a tópico. Piensa lo que quieras cuando leas esto. Es el privilegio que se nos ha dado, la habilidad de ser críticos con nosotros mismos y con los demás pero… atención, no exijas demasiado.
Claro que nacerán los detractores incondicionales de las redes sociales, que si Fb te recuerda las fechas señaladas, que si no tiene mérito... Pues, para mí, el simple hecho de que alguien se tome unos segundos de su vida para dejarte un mensaje de felicitación claro que lo tiene, y gracias a estos medios de comunicación hoy en día soy un poco menos desastre.
A tod@s los que se levantan cada día buscando el sol en su interior, a los que quiero porque me quieren, a los que quiero sin que me quieran, a los que algún día me quisieron sin que yo consiguiera quererlos y, sobre todo, a los que en este día, que solo hay uno al año, me han dejado su mensaje grabado en el corazón.
Gracias.

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