domingo, 11 de noviembre de 2007

La burbuja



Hoy me siento aquí, un rato, frente a vosotros, no para confesar lo inconfesable, ni para tratar de borrar aquello que en su día estuvo mal hecho y de lo que, sin duda, ya no hay vuelta atrás.
Soy una de esas personas que caminan por la vida condenando el orgullo, y gracias a ello, conservo intactos ciertos principios que no perderé jamás.
Atrapar todo lo queremos en un puño, es un ansia humana,aunque del todo imposible. No somos imprescindibles y sufrimos ante lo que creemos que es el mundo virtual de nuestras desgracias. Mi primer pensamiento de este blog se lo dedico a la sensación de protegernos contra lo que nos hace daño y a nuestra creatividad para construir mundos paralelos a la realidad que creemos indefensos, y que a la larga, nos pueden perjudicar.




La burbuja


Creamos un hoy que no existe.
Exaltamos imágenes de un mañana
perfecto.
Amamos el despropósito,
la mentira que nos envuelve
en un cuento de hadas inventado
hace ya muchos siglos.
Suspiramos dentro
de su tenue
membrana.
Tan frágil como esa
pompa de jabón
que fabricaste una mañana
bajo la nieve hostil
del mes de enero.
Tan breve como el momento
de abrir los ojos
y cerrarlos
para susurrar un
"nunca".
La burbuja.
La protección de nuestras ilusiones
y nuestros miedos.
Tan irreal
como querer atrapar el destello
de algo
que no brillará dos veces.
Confiar en que vendrán tiempos mejores.
Dar oportunidades a aquellos
que descuartizan tu ego,
lo exhiben a gritos
y se pierden en el humo.
Hasta que no quede aire.
Hasta sentir el vacío.
La burbuja flaquea.
Se derrite.
Las esperanzas son una farsa.
Tu corazón se pregunta
cómo has podido ser tan estúpido
de no creer
lo evidente.
Ser humanos y vivir.
Tener la oportunidad de recrearnos.
Moldear la burbuja
es lo que nos convierte
en el ser más racional
de sinsentido.



1 comentario:

Ana dijo...

Desde los espejismos de la burbuja de mi pequeño mundo irreal te digo cuanto te entiendo. ¡Ay!... la burbuja... qué haríamos fuera de ella las almas que buscamos la conexión total con otras almas en nuestra misma sintonía, tan difíciles de encontrar en nuestros días. Días en los que todo vale, nada importa, lo único importante es tener y tener... pero, ¿qué ocurre con los sentimientos? ¿A nadie le interesa escuchar lo que los demás tienen que decir? ¿Acaso creen algunos que no tienen ya nada que aprender? Mentira. Siempre se aprende, cada día, y de quien menos te lo esperas. Escuchar, acompañar, interesarse, ayudar,..., todo se pierde, menos el individualismo, la desconfianza, el egoismo, el engaño,... ¿para qué? No busqueis explicación, os volvereis locos, no la hay. Solo tragar y seguir.