domingo, 10 de febrero de 2008

Great Amy







He tenido que contenerme todo el fin de semana para no escribir nada. Tener el ordenador delante, estos videos, y no decir ni una palabra es una inhibición absurda. Es una represión antinatural. Todo por decenas de caracteres chinos, que no sé si mañana reconoceré o recordaré en el examen.( Espero que algún día me sirvan para comunicarme con alguien)
Pues os voy a hablar de Amy. Amy es una tía con clase aunque se pone de drogas hasta las cejas. Nadie puede negar que "Back to black" es algo más que vulgar música.Pero claro, ya se sabe que en los States eso de meterse crack y de que todo el mundo lo sepa, te convierte en escoria de la humanidad, of course. Los muy energúmenos no saben distinguir a un genio entre la multitud y me parece que lo que haga con su vida es su puto asunto y sólo suyo.Eso de hacerla cantar vía satélite me parece falta de decoro. Es como si le estuviesen diciendo: " Oye, nenita, como has sido mala, te vamos a castigar para que la gente no piense que eres un ser prodigioso".Ojalá gane algún Grammy, porque está claro, que el que vale, vale. Creo que por mucho que los americanos la quieran censurar, ella es un espíritu libre. Se desintoxicará si le da la bendita gana, y si no, morirá joven como cualquier otro mito.Amy, no te sometas a esa gentuza.

1 comentario:

Ana dijo...

Pues es verdad, cada uno es como es y de todo tiene que haber en el mundo y hay que respetarlo, además, nunca se sabe lo bueno que nos puede aportar otra persona. No es que me parezca bien que se drogue, sobre todo por ella misma que lo único que hace es destruirse, pero es su elección.
Os dejo un pequeño relato extraído del libro "Cuentos con alma" de Rosario Gómez (Gaia Ediciones)que describe muy bien lo que quiero transmitir.
"Una aguador de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban de un palo y que llevaba en los hombros cada día. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba todo el agua durante el trayecto desde el arroyo hasta la casa de su patrón. A lo largo de muchos años esto fue así; la vasija perfecta estaba muy orgullosa, pues conseguía transportar todo el agua. Pero la pobre vasija agrietada estaba avergonzada de su imperfección: solo podía retener la mitad del agua. Un día la tinaja quebrada le habló al aguador:
- Me quiero disculpar porque, debido a mis grietas, sólo puedes entregar la mitad de mi carga, y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.
El aguador, apesadumbrado, le dijo compasivamente:
- De regreso a casa quiero que observes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.
Así lo hizo la vasija. Y vio flores de radiantes y luminosos colores; pero, de todos modos, se sintió apenada porque al final seguía derramando la mitad del agua. El aguador le dijo entonces:
- ¿Viste que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo a ello. Sembré semillas de flores por tu lado y todos los días las has regado. Durante dos años yo he podido recoger flores para decorar mi casa. Si no fueras como eres, no habrías podido crear esta belleza".