domingo, 8 de junio de 2008

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Segundo día de nuestro amigo italiano en la ciudad y no hemos parado ni un minuto. Tanto es así que, vaya, se me ha hecho un poco tarde.Un día intenso y hay que decir que, después de una semana intensa, el domingo va a ser como un pequeño alivio para el organismo...quizás también un primer baño en el mar de este año ( si alguien se apunta esta tarde, que hable ahora o calle para siempre)

Por la mañana, visita a los lugares típicos de la ciudad con un tiempo estupendo aunque un viento espantoso que no nos ha permitido percibir los efectos del sol en la piel hasta el atardecer.

Luego comida en familia, que se aprecia un montón. Un poquito de descanso en el jardín pues la cata de chupitos con mi progenitor es una prueba de fuego para los invitados y también para los que no lo somos tanto. "Sólo el penitente pasará"

Hoy creo que Ana ha conseguido superar su pánico a los perros y Giuseppe ha podido comprobar con sus propios ojos que mi pequeño Tom comprende italiano.

Café con amigos, noche de copas-relax y supuestamente...a dormir, mi estrella.

Ya no es una pregunta, ni una reflexión; creo que el destino existe de veras.

http://www.youtube.com/watch?v=uIb6I8gtgtw

2 comentarios:

Ana dijo...

Y tanto que existe (pobre Lichi... je,je, acuérdate de nosotras al leerlo). Porque me parece mucha casualidad que justo lleguemos hoy a la Escuela de Idiomas y justo Licia (mi profe de italiano) estaba buscando mi teléfono para decirme que lo del trabajo de profe para Giuseppe si que puede ser (así que el julio igual lo tenemos por aquí, sería genial. También me parece mucha casualidad que justo en el momento en que necesitábamos un respiro urgente o un suicidio colectivo lleguen los vientos del Adriático a darnos un poquito de vida, y que parece que la energía vuelve a fluir, aunque realmente le cuesta... Nada es casual, nada sucede porque si, nada es aleatorio, las piezas del puzzle siempre acaban encajando, tarde o temprano, lo malo es cuando aún toca esperar.
Piano piano, tutto arriva.
Disfrutemos estos días irrepetibles que quedarán en nosotros para siempre, supongo que en realidad la vida consiste en eso, en una composición de momentos, y a veces ya veis que también hay sorpresas agradables, así que exprimámoslo al máximo porque al agujero se vuelve enseguida.

Anónimo dijo...

Gracias a momentos así, el agujero se hace menos profundo cada vez. Salir de él es cuestión de tiempo.