lunes, 9 de junio de 2008

A pedir a la casa de Dios


































Ayer fue un domingo de lo más típico y relajado. Comidita en casa de Ana ( no pude disimular que no había desayunado porque todo estaba buenísimo), un pequeño reposo post-nos-hemos-puesto-las-botas y luego a pasear por la ciudad.
Castillo de San Antón, Parrote y María Pita. Todo con mucha parsimonia dominguera porque el cuerpo está ya que no puede casi contener al alma y porque mi pobre coche, para variar, otra noche de sábado duerme en el Orzán ( creo que está pensando en la emancipación o quizás haya encontrado a otra de su especie que en las noches sabáticas le hace "tilín". Quién sabe, a uno nunca le es fiel ni su propia sombra)
En la plaza nos sacamos la famosa foto del abrazo a la Torre de Hércules que pronto buscaremos en la web y que estoy segura de que ha quedado divertida.
Luego le pedí a Giuseppe si le importaba robar un poco de agua bendita para mí. Supongo que si eres cristiano no se considera robo pero una persona de mi calaña no debería precipitarse en estos asuntos. Por lo que pueda pasar...hehe.
¿ Para qué quiero agua bendita? Es una historia de esas largas e irrisorias para no dormir.
Por lo visto a mi super-piedra-magica hay que bautizarla cada dos meses para que no pierda sus poderes supersónicos y pues, no me quiero arriesgar a que se quede sin pilas ahora que parece que todo, por lo menos, "vai" ( pensándolo bien, es una manera de tener fe en algo, supongo que en cierto modo todos creemos, aunque no sepamos muy bien en qué. Mi máxima creencia se basa en que confluyan los astros).
Pues eso, después de usurpada el agua bendita, nos sacamos una foto en la iglesia y profanamos el territorio comanche de todos los católicos practicantes que acababan de salir de misa ( estoy segura de que a Woody Allen le hubiese encantado la escena para una de sus películas)
Lo más cómico de la circunstancia es que el único recipiente del que disponíamos en aquellos momentos era un botecito de Giuseppe para el líquido de sus lentillas ... así que si es verdad que Dios, bajo cualquier circunstancia existe, quizás hoy se levante sin miopía.
Más tarde quedamos con Shu para un helado ( se sabe que el azúcar es un elemento fundamental para el organismo humano, en mi caso, multipliquemos la dosis X tres) y jugamos una partidita de parchís ( ¡hacía siglos!)
Nos pegamos una "jartá" de comer una y contar veinte para que al final ganase Shu, que, por cierto, llegó media hora tarde a la partida. Muestra de que ...el que tiene suerte, tiene suerte; y los que no tenemos tanta deben de querernos mucho por ahí porque si no, estamos apañados. Ana y Shu comentan la jugada en la última foto.
Y...poco más. Vuelta a casa y a hacerse un ovillito con el nórdico para dormir unas horitas que todavía han sabido a poco... zzz


1 comentario:

Anónimo dijo...

SACRILEGIO!!!!!
Convocatoria oficial para jueves 12
A ver si esta vez lo conseguimos y bajamos todas.