jueves, 13 de diciembre de 2007

Personajes de cuento

Me parece mentira que haya llegado hasta el jueves sin escribir nada. Lo peor es que creo que no ha sido por falta de inspiración, sino de tiempo, lo que me hace sentirme un poco culpable.
En fin, hoy es jueves, uno de esos días en los que se puede hacer balance de la semana antes de haberla concluido, empezar a planear el fin de semana, si hay ganas, o disfrutar del mero hecho de saber que: mañana es viernes y "finito".
Ayer estuve pensando en toda esa gentecilla que pasa por la biblioteca. Observándolos descubres más tarde o más temprano que son verdaderos personajes de cuento.
Para comenzar la tarde vino una señora, que yo defino como "majísima" porque es de esas que sólo con entrar allí dejan una estela mágica de alegría a su alrededor.
La atendí como siempre. Aunque no es dada a buscar sus propios libros, siempre presta atención cuando hablas con ella y, por lo menos, tiene claro lo que viene a buscar.
Siempre te cuenta algo que le ha pasado en el día y te agradece miles de veces que la ayudes porque ella es simplemente así, encantadora. Ayer me felicitó las fiestas con tanta sinceridad que hasta me dieron ganas de salir de detrás del mostrador y de darle un abrazo. Me contuve.
Luego está "el psicópata". Es un chico más o menos de mi edad que tiene algo extraño en la mirada. Yo siempre pienso que es uno de esos como los que salen en las películas de miedo, que te esperan a la salida del trabajo, te dan un machetazo y luego en casa, te parten minuciosamente en pedacitos y te meten en una lata. Como se puede comprobar, yo tampoco es que esté en una perfecta salud mental.
Luego está "la loca de la caverna": una chica que en un primer encuentro te parece vivaz y muy sociable pero que luego se convierte en un ser entrometido que se toma demasiadas confianzas sin que tú se las hayas dado. Su pobre amiga lo pasa bastante mal cuando viene con ella porque es como muy dictadora y en todo el rato que pasan allí no la deja ni respirar. En fin, un animalito en extinción que trae un poco de alegría y ruido, pero que si le das demasiado, es depredador, y puede acabar con tu paciencia.
Hay muchos más, pero como tampoco quiero aburrir...sólo voy a comentar el del "personaje por excelencia".
Es un señor portugués con mucha clase. Tiene una manera de vestir muy singular y aunque a veces es bastante dejado, no sé, me inspira ternura.
Tenía siempre problemas con su carné antiguo y aunque sólo tenía que llevarlo a que se lo renovasen en un minuto, nunca lo hacía.
Un día fui un poco borde con él. Luego me arrepentí un poco pero lo que está claro, es que la desidia es una enfermedad mortal.
Aprovechando un momento en el que me quedé a solas con él, le dije que le había observado y que estudiaba mucho.
Él me dijo que nunca era lo suficiente, ya que los seres humanos sólo utilizamos el 1% de nuestras capacidades a lo largo de nuestras vidas...¡Y qué razón tiene!
Me quedé un rato pensativa.

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