domingo, 13 de enero de 2008

El Oasis:espejismos


Hace días que no escribo pero es que me estoy intentando imbuir en ese maravilloso mundo del Patrimonio Cultural que me trae por la calle de la amargura.
Y es que venga atesorar y atesorar a través de los tiempos... y realmente..¿ Hemos aprendido a valorar lo que nos transmiten verdaderamente los monumentos, los libros, las antigüedades?.
Yo todavía no lo tengo muy claro.
En mi caso cuando visito algún museo siempre trato de hacer el esfuerzo de imaginar cómo sería la vida en aquella época para poder entender lo que veo.Sin embargo, si uno no tiene mucho conocimiento del tema, puede ser un tanto inútil.
Bueno, este no era mi tema de hoy, ni mucho menos, pero ya sabeis que el desvarío me suele conducir por los Cerros de Úbeda.
Yo a lo que iba es a los oasis. Esos lugares en los que todo el mundo cree que está a salvo en el desierto.
El desierto de la vida es duro y a veces entre la sed y el cansancio creemos que nuestra salvación es llegar a un oasis donde seguro que nos sentiremos mejor.
No hay que olvidar que el camino más corto no siempre es el bueno, o el que nos conviene.
A veces nos podemos ver deslumbrados por espejismos que nos cegarán y no nos dejarán divisar el verdadero sentido de la realidad para tras ello conducirnos a las arenas movedizas.
Por ello, mi consejo, es cargar bien la cantimplora en casa, coger el protector solar y zapatos cómodos antes de enfrentarse a la tortuosa tarea de caminar por el desierto.
Esto nos asegurará que llegaremos a nuestro destino sanos y salvos y , sobre todo, con la mente despejada para no quedar atrapados en un oasis deslumbrados por sus espejismos ( que de ningún modo son ciertos y sólo crean confusión).
No todo lo que parece una mejor opción llega a serlo. Hay que valorar si realmente somos objetivos o es nuestra imaginación la que busca algo con lo que entretenenerse.
El oasis es un medio de evasión no la salvación de nuestras vidas.




1 comentario:

Ana dijo...

Vaya, nunca se me hubiera ocurrido llamar a ciertas cosas oasis, pero la verdad es que me parece un simil muy apropiado, si señor, muy bien dicho. Pero... ¿en qué momento o en qué punto se puede pasar a denominar oasis? ¿Al principio no lo es? ¿O solo lo es cuando vemos que no será un puerto a donde llegar en contra de lo que pensábamos o imaginábamos? ¿Necesitamos los oasis para tener una vida más emocionante o más satisfactoria? ¿O los oasis son en el fondo la esencia de una vida llena de rutina y desengaños por todas partes? Respuesta complicada, al menos para mi. Ahora mismo estoy teniendo un oasis en medio de un día rutinario porque me gusta este momento cuando escribo delirios provocados por el insomnio que sigue sin abandonarme, lo que me lleva a preguntarme: ¿los oasis dejan secuelas? ¿aparecen y desaparecen o dejan huella? De las 24 horas del día, ¿cuántas dedicamos a pensar o hablar de los oasis? ¿cuántas a "nuestra vida real"? Las respuestas van saliendo solas. Además, si uno de esos oasis llegase a cobijarnos de tal manera que nos quedásemos, ¿en qué se convertiría? ¿en "vida normal monótona y rutinaria"? Entonces, ¿buscaríamos o aparecería otro oasis mejor? Recordad que la vida es aquello que nos sucede mientras nos empeñamos en hacer otros planes, así que por si acaso, estad atentos a vuestros oasis, no vaya a ser que por no detenerse en uno a descansar y coger agua lleguemos a la meta prevista demasiado cansados y sin ganas.