A veces nos confundimos y pensamos que lo simple no puede ser especial.
Luego nos damos cuenta que un momento simple y sencillo se convierte en especial gracias a las personas con las que lo compartimos.
Lo especial no radica en su grandeza o complejidad sino en la repercusión que tiene en nuestro estado de ánimo, en la sensación de bienestar que nos causa.
Un bocata de salami en una duna mirando unos preciosos ojos verdes de nueva adquisición 2009 y otro par de ellos que he visto reír y llorar. Un té en un mini-oasis donde nadie te puede encontrar.
Un poco de sueño, un hambre de mil demonios, el mar ...
Dejar el lado racional para mañana, seguir el corazón y quizás, equivocarse, pero equivocarse de sentir, no de pensar. Equivocarse por elegir mal. Caerse, levantarse y saber...que la vida merece la pena por las cosas simples que nos convierten en personas y momentos especiales.
Los que ya no están se fueron porque no era su sitio ni lo merecían para bien o para mal.
Los que llegan para quedarse son los que están: el presente.
3 comentarios:
cada uno aplaca los demonios de su interior con lo que mas le conviene, pero en el fondo sabes cual es la verdadera realidad que te rodea
¡Presente! Gran té y mejor compañía... Gracias por todo, por estar ahí, y por sacarme una sonrisa cuando no era nada fácil.
Prometo pensar menos y sentir más, aunque no sea fácil. Creo que eres el mejor ejemplo de eso...
Ciao bella!
Si uno tiene demonios en su interior a veces es porque no ha tenido la intención de echarlos.
La realidad que a uno le rodea, es tan hermosa como uno quiera construirla.
Al contrario, hay gente que tiene demasiado tiempo libre y se dedica a intentar destruir el equilibrio de los demás para regocijarse en su propio complejo de falsa grandeza y poder.
Admiro la simpleza de los que son capaces de vivir en armonía con el resto sin criticar los sentimientos verdaderos que nacen espontáneamente de un día especial.
Publicar un comentario